No reconocer la inflación, no hacer nada para evitar su aumento, significa que por cada punto de incremento hay 20 mil pobres más en la Argentina, si tenemos en cuenta que el 80% de los jubilados cobra el haber mínimo, de 895 pesos, donde el 40% de los trabajadores están en negro y el 40% de los niños son pobres, el Gobierno no puede ocultar la inflación con el eufemismo de una “tensión de precios”. Hay que decirlo con todas las letras: la inflación es HAMBRE.
A nivel local el intendente profundiza esta política de ajuste, dado quehace que los pobre subsidien al rico, al permitirle a Pehuenche aumentar su ganancia y que la inflación no le afecte, llevando en mayo al boleto a 2 pesos sin ningún tipo de justificación lógica posible, otro ejemplo es la política salarial los trabajadores municipales cobran asignaciones familiares congeladas en $30 cuando hoy por ley son de $130 y reciben aumentos por debajo de la inflacion en negro cuya consecuencia seran jubilaciones de miseria.
Ojala reconozcan el problema, tomen medidas integrales anti inflacionarias y dejen de mentirle a la gente, por que insistir por ese camino es jugar con fuego.
